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¿Qué es el páncreas, qué función tiene y qué enfermedades puede desarrollar?

El páncreas es un órgano fundamental para la digestión de los alimentos. Es una glándula que forma parte del sistema digestivo que presenta una estructura con forma alargada de unos 200 gramos de peso y 20 cm de longitud y que consta de tres partes: una cabeza, un cuerpo y una cola. Se encuentra localizado en la parte superior de la cavidad abdominal, detrás del estómago e intestino y está íntimamente relacionado con el hígado y las vías biliares, además de otros órganos no implicados en la digestión.

Como consecuencia de su localización, las enfermedades más comunes del páncreas están relacionadas o afectadas de forma indirecta por las patologías de los órganos cercanos (como por ejemplo los cálculos de la vesícula biliar o de la vía biliar). De hecho, uno de los argumentos mas importantes para decidir cuándo realizar una cirugía para resolver los problemas que pueden generar los cálculos biliares es cuando estos causan algún tipo de daño al páncreas, como la pancreatitis aguda.

Por todas estas razones, la cirugía del páncreas es siempre compleja y requiere una gran experiencia del equipo quirúrgico, dada su peculiar disposición en la profundidad del abdomen y el estrecho contacto con estructuras vitales para el organismo.


LA IMPORTANCIA DEL PÁNCREAS PARA LA DIGESTIÓN ¿QUÉ FUNCIÓN TIENE EL PÁNCREAS?

Las dos principales funciones del páncreas son: la función exocrina, para la digestión, y la función endocrina, encargada de la producción de hormonas para la regulación del metabolismo.

1. Función exocrina del páncreas

El páncreas realiza una función fundamental en el proceso de digestión, ya que contiene unas glándulas que producen enzimas importantes para el proceso de absorción de los distintos elementos que forman la comida.

Las enzimas del páncreas incluyen: tripsina para digerir proteínas (carne, pescado, huevos etc..); amilasa para la digestión de hidratos de carbono (azucares, pan, pasta, arroz etc..); y lipasa para descomponer las grasas (aceites, lácteos, carne etc..). La función de estas es descomponer químicamente las grasas y proteínas ingeridas en porciones más pequeñas que pueden ser absorbidas por el intestino. Cuando los alimentos llegan al estómago, estos jugos pancreáticos se liberan en un sistema de conductos de varios diámetros que culminan en el conducto pancreático principal. El conducto pancreático se une al conducto biliar común para formar la ampolla de Vater, que se encuentra en la primera porción del intestino delgado, llamada duodeno. El conducto biliar común se origina en el hígado y transporta otro líquido digestivo importante, llamado bilis. La vesícula biliar es el reservorio de la bilis que sirve de almacén cuando estamos en ayunas.

Los jugos pancreáticos y la bilis que se liberan en el duodeno ayudan al cuerpo a digerir y absorber los nutrientes de los alimentos para que estos pasen a la sangre para ser utilizados por todas las células del organismo.

Por lo tanto, una de las primeras consecuencias de procesos que afectan la correcta excreción de estas enzimas, como determinadas lesiones del páncreas (quistes, tumores del páncreas u otras entidades benignas) o procesos inflamatorios (pancreatitis), es una sensación de dificultad para la digestión, dolor en la parte superior del abdomen, pérdida de peso y tendencia a la diarrea.


2. Función endocrina del páncreas o de producción de hormonas

El componente endocrino del páncreas consta de células altamente especializadas, que crean y liberan directamente en el torrente sanguíneo hormonas importantes para el metabolismo. Estas células están agrupadas en grupos funcionales de unos pocos milímetros de calibre llamados islotes (islotes de Langerhans). Los islotes se encuentran distribuidos a lo largo todo el páncreas, aunque predominan en numero en el cuerpo y sobre todo en la cola.

Dos de las principales hormonas pancreáticas son la insulina, que actúa para reducir el azúcar en la sangre tras las comidas, y el glucagón, que actúa para aumentar el azúcar en sangre en caso de necesidad (durante el ayuno). También existen otras hormonas producidas en los islotes de Langerhans, que regulan otras funciones digestivas; desde los movimientos del intestino hasta la absorción, trasporte y utilización de los nutrientes por las células del cuerpo. En síntesis, las hormonas pancreáticas hacen que todos los órganos implicados en la digestión interaccionen entre sí para que el organismo pueda trasformar los alimentos en energía.

Esta regulación es fundamental para mantener niveles adecuados y constantes de azúcar (glucosa) en la sangre, para que esta llegue continuamente hasta órganos clave como el cerebro, los pulmones, el hígado y los riñones. Los cuales utilizan la glucosa para mantener su función tanto cuando acabamos de comer, como cuando tenemos que hacer frente a periodos de ayunas más o menos largos.


¿QUÉ ENFERMEDADES PRESENTA EL PÁNCREAS?

Existen una amplia variedad de enfermedades del páncreas, pero las más frecuentes y graves están causadas por procesos inflamatorios (pancreatitis aguda o crónica) o por la aparición de tumores (cáncer de páncreas).

Pancreatitis aguda

Un grupo importante de enfermedades del páncreas es la presencia de procesos inflamatorios o pancreatitis. Cuando la reacción inflamatoria se produce como consecuencia de un factor desencadenante puntual, se produce una pancreatitis aguda. En nuestro entorno, la mayor parte de los casos se producen por el paso de un cálculo biliar (pancreatitis aguda biliar) desde la vesícula hasta la desembocadura de la ampolla de Vater donde ocasiona una obstrucción del paso de los jugos pancreáticos hacia el intestino. La glándula pancreática puede producir casi un litro de secreciones digestivas cada día, y una obstrucción a cualquier nivel de los ductos puede ocasionar una gran inflamación con síntomas importantes, entre ellos el más frecuente es un dolor en la parte superior del abdomen y que se irradia a ambos flancos y la espalda (dolor en cinturón).

En un 80% de los casos, la pancreatitis aguda es leve y remite de forma espontánea, sin afectación de la función pancreática. Sin embargo, un 20% de los casos son graves y requieren un tratamiento intensivo y en ocasiones intervención quirúrgica con drenaje externo de las secreciones para su curación. El tratamiento de la enfermedad biliar con síntomas graves como el dolor abdominal intenso tras las comidas, pancreatitis, inflamaciones de la vesícula biliar (colecistitis), obstrucción o infección de los conductos de la bilis (colangitis) se tratan con la eliminación de la causa, es decir la extracción quirúrgica de la vesícula biliar.

Hay otras causas de pancreatitis aguda (alteraciones del sistema inmunitario, enfermedades genéticas hereditarias, alteraciones metabólicas, algunos fármacos, lesiones quísticas del páncreas, IPMN, etc.), entre las cuales destaca la pancreatitis aguda por abuso de alcohol (pancreatitis aguda alcohólica, que puede degenerar en pancreatitis crónica en caso de consumo importante y frecuente de alcohol). Cuando un paciente presenta una pancreatitis aguda que se repite, aunque sea de leve entidad, y no haya cálculos de la vesícula biliar evidentes en las pruebas diagnosticas clásicas (ecografía) ni consumo exagerado de alcohol, se debería siempre pedir una segunda opinión a un centro experto en el tratamiento de las enfermedades del páncreas para descartar causas mas raras y potencialmente susceptibles de un tratamiento especifico, tanto médico como quirúrgico.

Pancreatitis crónica

Si el proceso inflamatorio se produce tras un largo tiempo de exposición a un factor nocivo, se puede producir una pancreatitis crónica. En nuestro entorno, esta enfermedad del páncreas suele estar causada por una ingesta elevada y constante del alcohol durante años. Este cuadro se caracteriza por la destrucción progresiva e irreversible del tejido de la glándula y de las funciones del páncreas. La pérdida de funciones conlleva, en casos avanzados, gran perdida de peso (por la incapacidad de absorber los nutrientes de la comida) y diabetes (la falta de insulina causa niveles de glucosa en la sangre muy elevados, que pueden ser nocivos a órganos como el riñón, el corazón y los ojos entre otros). El páncreas normal es sustituido por tejido cicatricial de consistencia dura y los ductos pueden ser ocupados por cálculos. Estas alteraciones provocan otros síntomas que suelen presentar los pacientes con esta enfermedad, como el dolor abdominal de difícil tratamiento incluso con medicamentos para el dolor; la obstrucción de la vía biliar que causa ictericia, es decir, un color amarillo de la piel y de los ojos, acompañado con orina oscura; e incluso dificultad al paso del alimento entre estomago e intestino por estrechez del duodeno como consecuencia del aumento de rigidez del páncreas. Todo esto causa una pérdida de peso muy importante y dificultad para alimentarse que puede llegar a ser muy invalidante. En casos muy seleccionados puede ser necesaria la práctica de distintas intervenciones quirúrgicas en función de los síntomas del páncreas.

En caso, de presentar síntomas similares, y que puedan estar relacionados con la función del páncreas, consulta con nuestros expertos. Una segunda opinión se deberá pedir siempre a un cirujano especialista del páncreas, con experiencia en el tratamiento de las lesiones de la pancreatitis crónica. Este tipo de cirugía del páncreas puede ofrecer el alivio de los síntomas digestivos descritos y, sobre todo, el control del dolor abdominal, que cuando es muy intenso no se llega a controlar con los fármacos convencionales.

Cáncer de Pàncreas

Los tumores pancreáticos más frecuentes son precisamente los procedentes de los tipos celulares responsables de la función digestiva del páncreas. El tumor maligno derivado de estas células es el adenocarcinoma pancreático, también denominado cáncer de páncreas. Se trata de una enfermedad extremadamente agresiva, de crecimiento rápido y con gran tendencia a la afectación de órganos vecinos y a distancia. Por esto, el diagnostico del cáncer de páncreas se realiza con frecuencia en estadios avanzados de evolución, cuando existen pocas posibilidades de curación.

La resección quirúrgica de tumores del páncreas, a pesar de ser la única posibilidad de tratamiento curativo, representa un acto quirúrgico con riesgo muy elevado de complicaciones (superior al 50%) y de mortalidad (hasta el 5%) en centros especializados en estos tipos de intervención. Estas complicaciones se deben también a que los pacientes ya se encuentran antes de la intervención en mal estado general por varias razones: perdida de peso importante, problemas en la digestión secundarios a insuficiencia pancreática, obstrucción de la vía biliar cuando se localiza en la cabeza (ictericia), diabetes mellitus… O bien por otros problemas mecánicos relacionados con la localización del tumor, por ejemplo, la dificultad de alimentarse por obstrucción del duodeno. Cuando el tumor se localiza en el cuerpo o en la cola del páncreas, el primer síntoma puede ser un dolor muy intenso que se controla de forma dificultosa con los medicamentos para el dolor.

El cáncer de páncreas es la cuarta causa de muerte por cáncer en España, con aproximadamente 4.000 nuevos casos diagnosticados cada año.  La incidencia de este tumor ha aumentado de manera constante en un 1.2% por año entre 2000 y 2012: se prevé que el cáncer de páncreas pueda representar la segunda causa de muerte por cáncer en 2030 (hoy es la sexta). La cirugía del páncreas, y en particular la resección de la cabeza del páncreas es una cirugía mayor compleja y de alto riesgo quirúrgico que se asocia con una tasa elevada de complicaciones graves postoperatorias. La probabilidad de sufrir una complicación aumenta de forma proporcional a la edad y a las enfermedades preoperatorias de cada paciente.

Como hemos dicho, la función del páncreas es fundamental en términos nutricionales y digestivos: el páncreas endocrino regula el metabolismo energético a través de la producción de insulina, glucagón y otras hormonas. El páncreas exocrino por su parte produce principalmente las enzimas necesarias para la digestión y absorción de los alimentos . En los casos de cáncer pancreático u otras lesiones de la cabeza de este órgano, tanto las funciones endocrinas como las exocrinas se ven afectadas. La insuficiencia exocrina pancreática se manifiesta como pérdida de peso y diarrea, mientras que la insuficiencia endocrina puede provocar diabetes mellitus. Aunque pueden surgir neoplasias endocrinas y exocrinas del páncreasla prevalencia del cáncer pancreático exocrino (95%) es mucho más alta que la del tumor pancreático endocrino (5%).

La malnutrición, una enfermedad en la cual la ingesta calórica del paciente no cumple con las demandas metabólicas, es muy común en pacientes que padecen cáncer de páncreasMás del 80% de los pacientes con cáncer de páncreas presentan pérdida de peso al momento del diagnóstico y más de un tercio de estos pacientes han perdido más del 10% de su peso corporal inicial. Los pacientes con cáncer de páncreas con desnutrición experimentan una menor calidad de vida, mayores complicaciones quirúrgicas y mortalidad, estancias hospitalarias más prolongadas y una respuesta reducida al tratamiento de quimioterapia postoperatoria.

Una asociación entre cáncer de páncreas y diabetes esta establecida por un gran numero de estudios. De hecho, pruebas epidemiológicas, clínicas y experimentales actuales apoyan el concepto de que la diabetes es inducida por el cáncer de páncreas y puede preceder a la aparición de síntomas específicos del cáncer de varios meses. Hasta el 85% de los pacientes con cáncer de páncreas tienen diabetes o aumento de azúcar en la sangre, que con frecuencia se manifiesta entre 2 y 3 años antes del diagnóstico de cáncer de páncreas. Los pacientes con diabetes de recién diagnostico tienen un riesgo entre 5 y 8 veces mayor de tener un diagnóstico de cáncer de páncreas en los tres primeros años sucesivos al desarrollo de la diabetes.

La mayor probabilidad de éxito del tratamiento del cáncer de páncreas se conseguirá mediante un diagnóstico precoz, una intervención quirúrgica adecuada en un estadio temprano con baja tasa de complicaciones y un tratamiento oncológico (quimioterapia y/o radioterapia) eficaz. Es importante diferenciar el tumor pancreático del cáncer de vía biliar (colangiocarcinoma) dado que esto presenta un mejor pronostico a largo plazo con respecto al cáncer de páncreas, si se diagnostica en estadios iniciales.

Por estas razones es fundamental ser sometido a cirugía pancreática por un cirujano experto y un centro de reconocida experiencia en el tratamiento de esta patología. Un paciente debería pedir una segunda opinión a un centro experto siempre que se diagnostique de un cáncer de páncreas.  No solo con el fin de ser sometido a una cirugía con la menor tasa posible de complicaciones, sino por evaluar la mejor estrategia de tratamiento y la posibilidad de realizar quimioterapia antes de la cirugía. Una segunda opinión es importante también cuando se ha descartado un cierto tipo de tratamiento (quirúrgico, oncológico o de control de los síntomas) en otros centros y se pueden plantear alternativas terapéuticas para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Tumor neuroendocrino de páncreas

Un tumor derivado de las células responsables de la función endocrina del páncreas se conoce como tumor neuroendocrino de páncreas. Este tipo de tumor es muy distinto al anterior y, por lo general, con mejor pronóstico a largo plazo, dado que tiene menor tendencia a atacar otros órganos y crece más lentamente. Una característica de los tumores neuroendocrinos del páncreas es que una parte de ellos tienen la capacidad de producir hormonas, según las células de los islotes de donde sea su origen. Esta sobreproducción conducirá a la aparición de un conjunto de síntomas que variarán en función de la hormona producida. En general, la indicación de tratamiento del tumor neuroendocrino de páncreas viene determinada por su sintomatología y su tamaño, además de por las características genéticas de las células que se obtienen tras una punción endoscópica con fines diagnósticos (biopsia).

Para diferenciar los distintos tipos de lesiones pancreáticas es importante extraer una muestra de tejido (biopsia) que se obtiene a través de una endoscopia digestiva con punción de aguja fina para analizar material a través de distintos estudios celulares. A través de la endoscopia, se puede realizar asimismo una ecografía directa del páncreas a través del duodeno (ecoendoscopía) con el fin de caracterizar la lesión, saber si es de consistencia solida o liquida, la relación con los órganos que rodean el páncreas, etc.

Existen tumores neuroendocrinos de páncreas de pequeño tamaño, generalmente de pocos milímetros. Este tipo de neoplastias a veces se diagnostican de forma incidental (no provocan ningún síntoma) durante el estudio por imagen (TAC, resonancia magnética) de otras patologías abdominales. Estas lesiones, de la misma forma que para el cáncer de páncreas, son evaluadas por un cirujano pancreático tras un estudio multidisciplinario exhaustivo realizados por radiólogos, gastroenterólogos endoscopistas y patólogos. Este equipo decide si realizar un seguimiento en el tiempo con pruebas radiológicas para controlar el eventual crecimiento o una cirugía de extirpación del páncreas, con distintas técnicas según la localización o el tipo de tumor. Una segunda opinión a un cirujano experto en estas patologías deberá pedirse siempre que se diagnostique un paciente con un tumor neuroendocrino. Ya sea para planificar una cirugía con mínimas complicaciones como para decidir un simple seguimiento en las lesiones de bajo riesgo y ahorrar al paciente una cirugía compleja que puede ser innecesaria.

Tumor Papilar Intraductal Mucinoso – TPMI o IPMN

A parte de los tumores malignos, existen patologías en principio benignas cuya extirpación precoz puede evitar el desarrollo de cáncer de páncreasEl tumor benigno del páncreas más frecuente es el Tumor Papilar Mucinoso Intraductal (TPMI o IPMN). Estas lesiones requieren un diagnóstico completo, que en ocasiones puede requerir varias pruebas complementarias y en algunos casos una intervención quirúrgica. El TPMI es una patología rara, pero de diagnostico cada vez mas frecuente en su estadio precoz en forma de quiste (bolsas de contenido liquido dentro del páncreas) de distintos tamaños, a lo largo de toda la glándula. Este tipo de tumores menudo se diagnostican de forma casual en pruebas de imagen hechas para estudio de otras enfermedades, dado que en la mayoría de los casos no provocan ningún síntoma. Cuando el Tumor Papilar Mucinoso Intraductal causa síntomas, el mas frecuente es la pancreatitis aguda. La pancreatitis aguda es una forma de degeneración de los ductos del páncreas que produce moco, el cual impide la adecuada secreción de los jugos digestivos, que normalmente son muchos mas fluidos. Existen dos formas de TPMI, una que se manifiesta con una dilatación del ducto principal del páncreas y otra en la que se presenta dilatación de los conductos secundarios. Estas dos formas pueden coexistir en un mismo paciente, y la evaluación de riesgo de degeneración se hace a través del análisis de las pruebas de imagen radiológicas y endoscópicas realizadas por médicos expertos en esta patología. Cada forma tiene su particular riesgo y será necesario un control periódico de la evolución con pruebas de imagen o una cirugía del páncreas en los casos mas graves. La decisión se tomará según la evaluación del riesgo que será efectuada de forma multidisciplinaria por radiólogos, gastroenterólogos y cirujanos pancreáticos.

Debería pedir una segunda opinión a un centro acostumbrado a tratar un alto volumen de pacientes con esta patología siempre que exista una sospecha o un diagnostico confirmado de TPMI. La importancia de consultar un cirujano con experiencia en esta enfermedad consiste en la capacidad de interpretar las distintas pruebas para evaluar el riesgo de degeneración y poder indicar la cirugía de forma adecuada. La segunda opinión de un experto es importante también para diferenciar el Tumor Papilar Mucinoso Intraductal de otros tipos de quistes benignos del páncreas, que a veces pueden tener características similares y que no necesitan de ningún tratamiento ni control evolutivo.

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